Realizado por: Yudith Coromoto Cordero Perdomo y
ernesto josé torrealba rodríguez
Sobre
El desierto no era un castigo. Era un espejo. Un vasto vacío donde la mente, privada de ruido, muestra todo lo que llevamos dentro. Allí, donde el sol quemaba las piedras y la noche congelaba los huesos, Jesús caminó cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2). No buscaba vencer a nadie. No venía a demostrar poder. Buscaba algo más grande: recordar quién era realmente. Y en ese silencio, el demonio apareció. No tenía rostro, ni cuerpo. Y su voz era como un susurro, pero interno: como el ego temeroso, el ruido mental que habita en cada uno de nosotros. El Ayuno: El Cuerpo Vencido por el Espíritu Privado de alimento, su cuerpo temblaba. Privado de comodidad, su mente gritaba. La ciencia moderna lo explica: Cuando el cuerpo sufre hambre, la Red Neuronal por Defecto (DMN) se activa aún más, creando fantasías, temores, espejismos (Raichle, 201...
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