¿Es posible curar la depresión? Un análisis desde la psiquiatría, neurología, psicología y neurociencia.

La depresión es un trastorno mental grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por una profunda sensación de tristeza, pérdida de interés en actividades cotidianas, cambios en el apetito y el sueño, y pensamientos negativos recurrentes. A lo largo de los años, diversos enfoques desde la psiquiatría, la neurología, la psicología y la neurociencia han intentado comprender y tratar este trastorno. En este artículo, exploraremos si es posible curar la depresión, tomando como referencia el CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades) y el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), así como los conceptos fundamentales de esta enfermedad.
Concepto de depresión:
Según el DSM-5, la depresión mayor se define por la presencia de cinco o más de los siguientes síntomas durante un período de al menos dos semanas: estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o placer en actividades, cambios en el peso o el apetito, dificultades para dormir o dormir en exceso, agitación o enlentecimiento psicomotor, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultades para concentrarse o tomar decisiones, y pensamientos de muerte o suicidio. Esta definición es ampliamente aceptada en el ámbito clínico y de investigación (American Psychiatric Association, 2013).
Tristeza profunda y otros estados anímicos:
Es importante distinguir entre la tristeza profunda y la depresión clínica. La tristeza es una emoción humana natural que todos experimentamos en ciertos momentos de la vida, como respuesta a pérdidas, decepciones o situaciones estresantes. Por otro lado, la depresión clínica implica una intensidad y duración de los síntomas que interfieren significativamente con el funcionamiento diario y la calidad de vida.
Además de la depresión clínica, existen otros estados anímicos que pueden ser similares o preceder a la depresión. Por ejemplo, el trastorno distímico se caracteriza por un estado crónico de ánimo deprimido que dura al menos dos años, pero con síntomas menos severos que la depresión mayor. También está el trastorno depresivo persistente, que combina síntomas de depresión mayor con episodios menos severos de ánimo deprimido. Estos estados anímicos pueden representar un riesgo de desarrollar depresión clínica en el futuro si no se tratan adecuadamente (American Psychiatric Association, 2013).

Enfoques terapéuticos:
Existen varios enfoques terapéuticos para tratar la depresión y estados anímicos similares, incluyendo la psicoterapia y el tratamiento farmacológico. La psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia interpersonal, se centra en cambiar los pensamientos y comportamientos negativos que contribuyen a la depresión. Por otro lado, los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), actúan sobre los neurotransmisores en el cerebro para mejorar el estado de ánimo (Cuijpers et al., 2014).
¿Es posible curar la depresión?
La cura completa de la depresión clínica y estados anímicos similares es un tema complejo y controvertido. Según el CIE-11 y el DSM-5, la depresión se considera un trastorno crónico que puede tener episodios recurrentes a lo largo de la vida de un individuo (American Psychiatric Association, 2013; World Health Organization, 2018), es decir, que no es posible curarla, sino controlarla. Sin embargo, esto no significa que la depresión sea incurable, el problema es que hasta ahora no se ha encontrado una cura efectiva. Muchas personas experimentan remisiones significativas de sus síntomas con el tratamiento adecuado, ya sea mediante psicoterapia, medicación o una combinación de ambos (Cuijpers et al., 2014), pero no es posible saber si alguna vez en el futuro puedan sufrir de nuevo los síntomas.
Además, la investigación en neurociencia ha demostrado que el cerebro tiene una notable plasticidad, lo que significa que puede cambiar y adaptarse a lo largo del tiempo (Pascual-Leone et al., 2005). Esto sugiere que, si bien la depresión puede ser un trastorno crónico, el cerebro tiene la capacidad de recuperarse y encontrar nuevas formas de funcionar incluso después de episodios graves de depresión.

Tratamientos complementarios y estilos de vida:
Además de la psicoterapia y la medicación, hay una serie de tratamientos complementarios y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar en el manejo de la depresión y estados anímicos similares. Estos incluyen el ejercicio regular, una dieta saludable, técnicas de relajación como la meditación y el yoga, y el establecimiento de rutinas diarias. Estos enfoques pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover el bienestar general (Sarris et al., 2015; Stubbs et al., 2017).
Si bien la depresión y estados anímicos similares pueden ser trastornos crónicos con episodios recurrentes, existen opciones de tratamiento efectivas que pueden aliviar significativamente los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. La combinación de psicoterapia, medicación y cambios en el estilo de vida puede ser especialmente eficaz en muchos casos. Si bien la cura completa puede no ser posible, la gestión adecuada de la depresión y estados anímicos similares puede permitir a las personas llevar vidas plenas y satisfactorias.
Referencias:
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Cuijpers, P., Karyotaki, E., Weitz, E., Andersson, G., Hollon, S. D., van Straten, A., & Cipriani, A. (2014). The effects of psychotherapies for major depression in adults on remission, recovery and improvement: a meta-analysis. Journal of Affective Disorders,3
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