La Agilidad Emocional según Susan David y su Aplicación en la Orientación Educativa

Por: Lcdo. Ernesto J. Torrealba R. CNP - 19.200 y Prof. Yudith C. Cordero P.

    La agilidad emocional es un concepto desarrollado por la psicóloga Susan David que se refiere a la capacidad de las personas para enfrentar sus pensamientos y emociones de manera abierta, flexible y sana. En el ámbito educativo, fomentar la agilidad emocional puede equipar a los estudiantes con las herramientas necesarias para manejar el estrés, mejorar el rendimiento académico y fortalecer sus relaciones interpersonales. Este artículo explora las ideas de Susan David sobre la agilidad emocional y cómo se pueden aplicar en la orientación educativa, apoyándose en los conocimientos de la neurociencia.

 La Agilidad Emocional según Susan David    

    Susan David define la agilidad emocional como la habilidad para estar en el momento presente con todos nuestros pensamientos y emociones, sin juzgarlos, y continuar adelante de manera que se alinee con nuestros valores más profundos.

Este concepto se basa en cuatro pilares principales:

1. Aceptar las Emociones: Reconocer y aceptar todas las emociones, tanto positivas como negativas, sin intentar suprimirlas o evitarlas.

2. Desprenderse de las Emociones: Identificar las emociones sin dejarse llevar por ellas. Esto implica ver las emociones como experiencias pasajeras y no como definiciones de la propia identidad.

3. Vivir según los Valores: Usar los valores personales como guía para la acción, en lugar de reaccionar impulsivamente a las emociones.

4. Seguir Adelante: Adaptarse y seguir adelante de manera flexible, respondiendo a las situaciones de forma constructiva y alineada con los propios valores.

 

La Neurociencia de la Agilidad Emocional

    La neurociencia apoya y amplía los conceptos de la agilidad emocional, identificando las estructuras cerebrales involucradas en la regulación emocional:

1. Amígdala: Juega un papel crucial en la detección de emociones, especialmente las relacionadas con el miedo y la amenaza. La regulación de la amígdala es esencial para evitar respuestas emocionales desproporcionadas.

2. Corteza Prefrontal: Involucrada en la toma de decisiones y el control de impulsos, permite una gestión efectiva de las emociones y una respuesta adaptativa a situaciones estresantes.

3. Hipocampo: Ayuda en la formación de recuerdos y en la contextualización de las experiencias emocionales, contribuyendo a una comprensión más profunda de las emociones.

 Estrategias Educativas para Fomentar la Agilidad Emocional

 1. Desarrollo de Habilidades Socioemocionales

    Integrar programas de aprendizaje socioemocional (SEL) en el currículo escolar puede proporcionar a los estudiantes herramientas para reconocer, entender y manejar sus emociones. Estos programas han demostrado mejorar la agilidad emocional y el rendimiento académico (Durlak et al., 2011).

 2. Mindfulness y Regulación Emocional

    La práctica de mindfulness ayuda a los estudiantes a observar sus emociones sin juzgarlas, facilitando una respuesta más equilibrada y adaptativa. Estudios han mostrado que el mindfulness puede aumentar la conectividad entre la amígdala y la corteza prefrontal, mejorando la regulación emocional (Hölzel et al., 2011). Incorporar sesiones de mindfulness en la rutina escolar puede ser una estrategia efectiva para desarrollar la agilidad emocional.

 3. Ambientes de Apoyo y Seguridad

    Un ambiente escolar que promueva el apoyo emocional y la seguridad psicológica permite a los estudiantes experimentar y manejar sus emociones de manera segura. Los maestros y orientadores pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un entorno positivo y comprensivo (Roeser et al., 2012).

 4. Fomentar una Mentalidad de Crecimiento

    Alentar a los estudiantes a adoptar una mentalidad de crecimiento, la creencia de que las habilidades pueden desarrollarse a través del esfuerzo y la perseverancia, puede mejorar su capacidad para enfrentar y aprender de las emociones difíciles. Esta mentalidad promueve la resiliencia y una actitud positiva hacia los desafíos (Dweck, 2006).

 Aplicaciones Prácticas en la Orientación Educativa

 1. Evaluación y Apoyo Personalizado

    Los orientadores educativos pueden utilizar evaluaciones para identificar las fortalezas y áreas de mejora en la agilidad emocional de los estudiantes. Con esta información, pueden diseñar planes de apoyo personalizados que aborden las necesidades individuales, facilitando un desarrollo emocional equilibrado.

 2. Formación Continua para Educadores

    Proporcionar formación continua en neurociencia y manejo emocional a los educadores les permite comprender mejor los procesos emocionales de los estudiantes y aplicar estrategias efectivas en el aula. Esto incluye técnicas de comunicación empática y métodos para promover un clima emocional positivo.

 3. Programas de Intervención Temprana

    Implementar programas de intervención temprana que enseñen a los estudiantes habilidades de regulación emocional desde una edad temprana puede prevenir el desarrollo de problemas emocionales y conductuales. Estas intervenciones deben ser accesibles y estar integradas en el sistema educativo.

    La agilidad emocional es una habilidad esencial para el desarrollo integral de los estudiantes. Las ideas de Susan David, combinadas con los conocimientos neurocientíficos, ofrecen un marco valioso para fomentar esta capacidad en el entorno educativo. Al integrar estos conceptos en la orientación educativa, podemos crear un sistema que no solo mejore el rendimiento académico, sino que también prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos de la vida con resiliencia y adaptabilidad.

 Referencias

  1. David, S. (2016). Emotional Agility: Get Unstuck, Embrace Change, and Thrive in Work and Life. Avery.
  2. Durlak, J. A., Weissberg, R. P., Dymnicki, A. B., Taylor, R. D., & Schellinger, K. B. (2011). The impact of enhancing students’ social and emotional learning: A meta-analysis of school-based universal interventions. Child Development, 82(1), 405-432.
  3. Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S. W. (2011). Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density. Psychiatry Research: Neuroimaging, 191(1), 36-43.
  4. Roeser, R. W., Eccles, J. S., & Sameroff, A. J. (2012). School as a context of early adolescents’ academic and social-emotional development: A summary of research findings. The Elementary School Journal, 112(2), 225-229.
  5. Dweck, C. S. (2006). Mindset: The New Psychology of Success. Random House.

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