"El sufrimiento es un espejo. Si lo miras con valentía, te devuelve la imagen de tu libertad."
Hoy, en este quinto día del retiro de Meditación o Mindfulness, el maestro sabio nos recordó algo que todos sabemos pero pocos vivimos: la mitad del camino ya ha pasado. El tiempo, ese viejo cómplice silencioso, avanza sin pedir permiso. Y aquí estamos, sentados en medio del dolor, de la confusión, de las preguntas que surgen como burbujas en un río.
La Confusión que Antesala a la Claridad
Al principio, muchos llegamos con ideas preconcebidas. Esperábamos mantras, visualizaciones, rituales. Pero Vla Meditación o Mindfulness es otra cosa: es el arte de observar. Solo eso. Observar la respiración. Observar las sensaciones. Observar sin juzgar.
"¿Cómo puede algo tan simple ser tan poderoso?", nos preguntamos.
La respuesta llega con los días, como el sol que atraviesa lentamente la niebla. La técnica no es un rito, no es una ceremonia para impresionar a ningún ser humano o agradar a Dios. Es simplemente un espejo que refleja la verdad de nuestro interior.
El Dolor como Puerta
Hoy, sentados en silencio, el cuerpo grita. Las piernas duelen, la espalda arde. Y entonces, algo mágico ocurre: en algún momento, sin saber cómo, dejamos de luchar. El dolor sigue ahí, pero ya no nos pertenece. Lo observamos como si fuera una nube pasajera.
El sabio maestro lo explica con sabiduría:
"El dolor físico es inevitable, pero el sufrimiento mental es opcional."
Cuando dejamos de multiplicar el dolor con nuestra resistencia, este se reduce. Se divide, se desvanece. No es magia, es atención pura. Es el milagro de estar presentes.
Los Cuatro Apegos que Nos Encadenan
El maestro habla de cuatro apegos que nos atan:
1. El apego al "yo" — esa ilusión de que somos algo sólido y permanentes.
2. El apego al "mío" — la creencia de que las cosas nos pertenecen.
3. El apego a las opiniones — la necesidad de tener razón y ser aceptado por otros.
4. El apego a los ritos, rituales y ceremonias — la búsqueda de seguridad en lo conocido, sin comprenderlo.
Nos cuenta la historia de una anciana que lloró desconsolada cuando perdió un monedero con sus ahorros de toda la vida. Al recuperarlo, su sufrimiento se esfumó. Pero ¿Era el dinero perdido lo que la hacía sufrir? No. Era el apego.
"Cuanto más nos aferramos, más grande es la caída."
El Punto de Bifurcación
En algún lugar de nuestro cuerpo, en cada sensación, hay un cruce de caminos
- Un camino lleva al sufrimiento: reaccionamos, deseamos, odiamos.
- El otro lleva a la libertad: observamos, aceptamos, fluimos.
La elección es nuestra, momento a momento.
El Camino es Largo, Pero el Primer Paso Ya Está Dado
No esperemos milagros. Ser libre no llega por desearlo o querelo, sino por un trabajo constante. Como dice el maestro sabio:
"Un camino de diez mil kilómetros comienza con un solo paso, el primero..."
Hoy, en este quinto día, ese paso ya está dado. El cuerpo duele, la mente se rebela, pero algo en nosotros ha empezado a cambiar.
Y eso, querido viajero, es el principio de todo.
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