El Séptimo Día: Un Silencio que Habla Día: 7 de 11



"El silencio no es la ausencia de sonido, sino la presencia de una voz interior que solo se escucha cuando callamos."

    El séptimo día del retiro de meditación o mindfulness es un umbral. Quedan tres días, pero solo dos para trabajar con seriedad. El décimo día traerá consigo el fin del voto de noble silencio, dando paso al "noble charlar". Y aquí reside la paradoja:

¿Cómo meditar con profundidad cuando las palabras, nobles o no, comienzan a brotar como un río que rompe el hielo?

La Operación Profunda
    Es como una "operación realmente quirúrgica", un bálsamo para el alma. Esa operación es la meditación: un viaje hacia las profundidades de la mente, donde las sensaciones del cuerpo se convierten en espejos de nuestro interior.
    No se trata de huir del dolor o aferrarse al placer, sino de observar, sin reaccionar, como un testigo silencioso.

"Cuando permitimos que las sensaciones fluyan sin resistencia, descubrimos que el dolor y la alegría son dos caras de la misma moneda: efímeras e impermanentes."

El Arte de Permitir
    Una y otra vez, el texto insiste en "permitir". Permitir la sensación, permitir el sueño, permitir incluso la distracción. Es un recordatorio de que la lucha contra lo que es solo genera sufrimiento. Como dice el maestro:

"No se trata de controlar, sino de comprender."
    En la noche, cuando el sueño llega, no lo resistas. Si el insomnio aparece, obsérvalo. El cuerpo sabe cuándo descansar, igual que la tierra sabe cuándo recibir la lluvia.

La Devoción y el Camino
    La libertad y la paz no son conceptos lejanos, sino como realidades que se experimentan en la práctica. La devoción aquí no es ciega; es la entrega consciente al proceso, la fe en que cada paso, aunque pequeño, nos acerca a la verdadera libertad.

"La verdadera devoción no es rezar en voz alta, para que Dios escuche, sino hacer silencio para escuchar el susurro de Dios en el alma, en el silencio."

El Último Esfuerzo
    Quedan días, pero el tiempo se acorta. La "continuidad", esa disciplina suave pero firme que nos lleva a profundizar en la meditación. No es un esfuerzo forzado, sino un fluir, como el río que no duda en su camino hacia el mar.

"El séptimo día es un recordatorio: la paciencia es la madre de todas las virtudes, y la persistencia, su padre."

Conclusión: El Silencio que Libera
    Al final, el décimo día llegará, y con él, las palabras. Pero el verdadero regalo de estos días de silencio es haber aprendido a escuchar. A escuchar el cuerpo, la mente, el corazón. A descubrir que, en el fondo, todo es sensación, todo es cambio, todo es vida.

"El silencio no se rompe cuando hablamos, sino cuando olvidamos lo que escuchamos en él."

    Que estos últimos días sean un viaje hacia adentro, donde las respuestas no se dicen, sino que se sienten.

— Como escribió un peregrino en su diario: "El séptimo día no es el final, es el comienzo de algo que ya siempre estuvo ahí."


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